Entre medias…

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Como te contaba esta mañana, estoy empezando un curso de Ecofeminismo online, que me está estimulando mucho.

Una de las tareas que tenemos que realizar en estos días es comentar una frase que nos han adjudicado a cada alumna.

Ésta es mi respuesta a la tarea:

Mi frase: «Las mujeres cuando hablan de sexualidad no hablan de deseo sino de daño.» (Montse Pineda, Granada 2009).

Mi frase se contextualiza dentro de la exposición que hizo Montse Pineda (experta en sexualidad, género y VIH) en diciembre de 2009, durante las Jornadas Feministas Estatales de Granada, titulada: ¿De qué hablamos las mujeres cuando hablamos de sexualidad? He encontrado en internet una grabación con su intervención entera: http://www.rednosotrasenelmundo.org/spip.php?article1266

Es la primera vez que me enfrento a este tema y aún se me escapan muchas cosas, pero aquí va mi tentativa de comentario y algunas dudas.

En esta frase se recoge una de las principales conclusiones que Pineda extrae de su experiencia en los talleres realizados durante años con mujeres de distintas edades y clase social, y en distintas circunstancias vitales (inmigrantes, seropositivas, etc.). Como ha apuntado Ana en su comentario, el sistema patriarcal que hemos heredado ejerce un control sobre nuestro cuerpo y nuestra sexualidad, de forma que la visión que tenemos de ésta está teñida por la imagen que el otro tiene de nosotras, la forma en que nos ve «el otro» (nuestra pareja). La influencia es tal que llega hasta la vivencia misma de la sexualidad, hasta el cómo la vivimos. Y en gran parte de los casos, esa vivencia «está vinculada a la violencia sexual que hemos sufrido y que sufrimos como mujeres, y de la que nos estamos recuperando».

Yo creo entender en cierto modo lo que quiere decir aquí, pero no lo visualizo en mi propia vida. ¿Podéis ayudarme a verlo mejor? Es decir: yo, mujer que no ha sufrido nunca violencia explícita de género, ¿de qué otras formas recibo esta violencia en mi vida? Por ejemplo, ella habla de «discursos fascistas, fundamentalistas del orgasmo», que nos siguen afectando negativamente. ¿A qué se refiere con esto?
Después habla de que la forma en que nos recuperamos de ese daño es «parándonos a reflexionar sobre qué papel juegan el placer, el permiso y el deseo en nuestra vida. Y cuando nos paramos, lo primero que nos sale es la frigidez, el no llego, el estoy cansada, el quiero separarme, etc.»

Entiendo que con esto quiere denunciar esa realidad que las mujeres tenemos, el vivir continuamente de espaldas a nuestra sexualidad, a esa parte de nuestra identidad, el no poder desarrollarla, potenciarla, disfrutarla en toda su plenitud y llevarla a donde nosotras queramos, y que por el contrario, constituya algo secundario, residual, que nos genera e inspira malos sentimientos y obligaciones, cuando conseguimos hablar de ello. Y desde ahí, expresa nuestra necesidad de un espacio suficientemente cómodo, libre y seguro donde expresarnos libremente y definir lo que para nosotras es la sexualidad, y de los mitos y las creencias que nos condicionan en nuestra conceptualización de la misma.

Y por último, dice que «cuando hablamos de sexualidad, hablamos de cómo vemos el placer y el deseo relacionado con los vínculos, de cómo se materializan en sensaciones o en expectativas.» Veo aquí más clara la relación con el daño, dado que vivimos entonces la sexualidad como algo extremadamente frágil y que nos preocupa profundamente: nuestras relaciones con los demás. ¿Lo he entendido bien?

Desde luego, me quedan muchas dudas conceptuales sobre el discurso de Montse, que en todo caso me ha parecido muy interesante. Me quedo con muchas ganas de seguir profundizando, así que leeré con mucho interés vuestros comentarios.

A lo que la profesora me ha respondido:

Muy buenas Cecilia,

gracias por el enlace. La sexualidad es un tema complejo con muchas aristas y donde nos revolvemos mucho porque nos involucra.
Empar, como muchas feministas, apuestan por abrir espacios seguros, de confianza, confidencialidad y respeto para hablar sobre sexualidad y en ellos se da cuenta de que cuando se abren estos espacios las mujeres hablan de los tabús que tienen, de las barreras y de la violencia sexual que han sufrido por ser mujeres, que la violencia sexual constituye una historia común. Esto es preocupante, ¿no? Cuando habla de violencia sexual no sólo habla de forma amplia (violaciones, también de acosos, baboseos, pasar miedo de noche…) y comprueba que todas las mujeres de una forma u otra hemos tenido episodios desagradables de violencia sexual, las mujeres y las niñas están más expuestas a estos momentos desagradables pero no hablamos de ellos y estos espacios abren la caja de pandora. Te invito a que pienses en momentos desagradables/violentos en la calle, en el colegio, en el trabajo….¿Qué formas sutiles de violencia sexual cotidiana se te ocurren?
Pero no sólo hablan de episodios de violencia sexual sino de la sexualidad en negativo y esto se relaciona con el control histórico de la sexualidad de las mujeres. Podemos pensar en muchas palabras que se asocian más a daño que a placer en relación a la sexualidad o a las sexualidades y en las que mayoritariamente somos las mujeres (también las personas trans, las personas GAYS y lesbianas) las afectadas: violencia sexual, explotación sexual, miedo, embarazo no deseado, control de nuestros cuerpos, parto medicalizado, objeto sexual, culpabilidad, virginidad, control sexual, aborto ilegal, prejuicios sexuales, estigma del VIH.

En estos talleres las mujeres también hablas de sus roles dentro de las relaciones sexuales con sus parejas/amantes, y sale el tema de complacer al otro y de un rol de sumisión en la sexualidad. Eso es a lo que se refiere con el vínculo. La división sexual también se produce en la sexualidad, ¿qué roles de género adoptan hombres y mujeres? ¿qué mandatos de género tenemos unas y otros?

Respecto al fundamentalismo del orgasmo, se refiere a que la vivencia de éste esta ligada a la cultura y hay muchos mitos culturales para hombres y mujeres que nos impiden vivir una sexualidad con plenitud, como por ejemplo la concepción del coito como fin en las relaciones genitales. Y dentro de estos tabús, hay también roles de género, por ejemplo en las mujeres se las asocia mayormente a la frigidez y a los hombres a la eyaculación precoz a la hora de estudiar el orgasmo. Si quieres más información

¿Qué te sugiere a ti todo esto, mi hermana? ¿Te sientes identificada en estas palabras de algún modo? ¿Me ayudas a responder sus preguntas? ¿Qué formas sutiles de violencia sexual cotidiana se te ocurren a ti?

 

 

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